CON K DE 'KASIOPEA'
-Tienes una constelación.
-Sí, Casiopea...
La metáfora, demasiado usada.
Pero no voy a cambiar hechos reales solo porque caigan en el cajón de los recursos habituales.
De nacimiento espontáneo y fuerte calada, era por ella por la que comenzaba extasiada.
Siempre con ganas.
Y es de ganas de lo que va esto, cuando el tiempo hace que tengas que ahogarlas, sin miramientos.
Así es como acaba ¿acaba? el cuento: yo la pinto mientras me digo que esta vez no miento. No miento ni temo (que no niego) que el mayor de mis deseos sea deslizar de nuevo mis dedos por Casiopea.