A TI TE LLAMARÉ SERENDIPIA
Ella es y lo lamento.
Parece que ayer la aprendí
y hoy, hago el intento.
Pero no: primero vino la emoción
y después el nombre que correspondía al concepto.
Ella es y querría que fuera otra, lo siento.
Soy de tener manía a las palabras manidas,
usadas con alegría y sin acierto.
Ella es, sin embargo, grata sorpresa que llega
cuando creo que las cartas ya están en la mesa,
dadas la vuelta.
Una piedra que brilla ¿o es estrella?
Y aunque ya pertenezcas,
te diré que las estrellas no son de nadie,
viven libertas.
Y le doy las gracias al azar
aunque te haga gracia y a pesar
de mi maldita costumbre de apostar
al llegar tarde, al llegar pronto... o al no llegar.